¿Porqué hacer un curso de clown?


He estado impartiendo cursos de clown en todo el mundo desde 1998. Y puedo asegurarte que atraen a todo tipo de personas, de todos los ámbitos de la vida, y por todo tipo de razones.

Por ejemplo… Enrique (empresario que dirigía una empresa de consultoría internacional) nunca había experimentado ningún fracaso en su carrera, pero precisamente por eso, la idea de fracasar le provocaba sudor frío. Sabía que su miedo limitaba su creatividad y vino al curso con la esperanza de romper la barrera que había establecido.

Helena, por otra parte, era una científica joven y entusiasta que completaba su Maestría en el Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona. Ella era una apasionada de la investigación, pero se sentía como una freaky cada vez que trataba de hablar con gente normal sobre ello. Ella vino al curso de clown porque deseaba encontrar un nuevo lenguaje con el cual comunicar su pasión.

Javier era un actor muy talentoso pero tenía un serio problema: secretamente sufría de TOC (trastorno obsesivo compulsivo). Su psicólogo le había recomendado que tomara mi curso.

Tres personas muy diferentes con problemas muy diferentes. Pero los tres creían que la mejor solución sería ponerse una nariz roja.

Y no están solos en esta creencia. En todo el mundo, miles de personas están optando por probar esta forma radicalmente diferente de superar los obstáculos internos y externos. Están buscando en este arte antiguo nuevas maneras de ser; nuevas formas de percibir, interpretar y comprenderse a sí mismos y a sus vidas.

Porque… seamos realistas, ser un humano es una mezcla de alegría y obstáculos. Con demasiada frecuencia nos enfrentamos a las dificultades de la vida y a nuestras propias imperfecciones; nuestros fallos, nuestra fragilidad y nuestros fracasos. Sin embargo, no esta bien visto demostrar nuestra vulnerabilidad. Hay una gran presión sobre nosotros para ser fuertes, inteligentes y exitosos… todo el tiempo. Tortell Poltrona, un payaso profesional, dice: “No nos volvemos adultos, nos adulteramos”. Y tiene toda la razón. Lentamente perdemos de vista nuestro verdadero yo en público; ese ser expresivo, juguetón, idiota, divertido y auténtico.

Nuestros payasos, por otro lado, han evitado milagrosamente este condicionamiento. No tienen remordimientos en compartir cómo se sienten, en admitir su propia ridiculez o en aplicar un sano sentido del humor frente a todos los golpes bajos de la vida. Y digo “nuestros payasos” porque, a pesar de que esto te pueda sorprender, todos tenemos un payaso dentro de nosotros, esperando la oportunidad de salir al centro del escenario. He sido payasa profesional durante 30 años y docente clown durante 20 años, así que sé que esto es cierto.

Comencé enseñando el arte del payaso en Las Vegas para el Cirque du Soleil. Mi marido (Alex Navarro) estaba trabajando como payaso en el espectáculo Mystere. Se nos pidió ayudar a los gimnastas y acróbatas con sus habilidades escénicas. Cuando volvimos a España seguimos enseñando juntos, desarrollando nuestro propio sistema pedagógico. Ambos hemos dedicado nuestras vidas a la comprensión de todos los aspectos del payaso; no sólo las técnicas utilizadas por los payasos para hacer reír a la gente (como los tempos, la honestidad, los gags, etc.) sino también la filosofía y la psicología del payaso (la gestión del fracaso, la no defensa, el entusiasmo…). La verdad es que los resultados que hemos presenciado son increíbles, y uno de los motivos por los cuales escribí el libro, El Payaso Que Hay En Ti, compartiendo nuestras experiencias, descubrimientos y pedagogía. Nuestros estudiantes experimentan potentes transformaciones vitales en períodos de tiempo muy cortos.

Enrique, el hombre de negocios que se sentía limitado por su temor al fracaso, me escribió después de su primer taller de dos días diciendo: “Está ha sido una de las experiencias de vida más enriquecedora que he tenido. Ahora me siento muy poderoso, capaz de reirme de todos mis errores. ” De hecho, Enrique estaba tan entusiasmado con los efectos del clown que me invitó a entrenar a todo el personal de su empresa. Él mismo ha dado muchas charlas defendiendo que todos los líderes necesitan ponerse una nariz roja durante un tiempo.

Helena, la científica que vino a aprender comedia y habilidades de comunicación, entrenó conmigo durante cuatro meses. Al completar este entrenamiento fundó The Big Van Theory con más científicos locos. Ahora viaja por España dando charlas humorísticas sobre sus descubrimientos científicos. Esta es la web de la compañia: www.bigvanscience.com

Y Javier, el actor que no podía soportar el desorden, encontró a su payaso susurrándole estas palabras sabias después de tomar un curso de dos días conmigo y Alex: “¿Hacer la cama? ¿Estás loco? ¿No sería más divertido tener una pelea de almohadas con tu compañero de piso? “

Nuestros payasos, si los dejamos, nos liberarán de la chaqueta de fuerza que sin querer nos hemos puesto a nosotros mismos. La experiencia de encontrar a tu payaso no te dejará indiferente. ¡No subestimes lo que tu payaso puede hacer por ti! Te sorprenderá el talento creativo, carismático y cómico que poseas cuando haces el payaso. Diego, Helena y Javier dejaron que sus payasos les mostraran cómo ser todo lo que podían ser.

Participa en un curso de clown ¡sería una verdadera tontería no hacerlo! ;o)

Caroline Dream